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TRAYECTORIA

 

 

Si me preguntasen qué es para mí la Pintura, diría que es una forma de entender el mundo y que, el pintor es más un descubridor que un creador.

Mis comienzos en esta difícil tarea fueron dibujando a carboncillo y, después a plumilla, lugares extremeños (“Castillo de Burguillos del Cerro” o “Torre de San Miguel de Jerez de los Caballeros...). También, en esta etapa, realicé dibujos de tema libre utilizando la tinta (“Tragaluz”, “Cortinas entrelazadas”...).

Al nacer y vivir en Mérida, me surgió la necesidad de dibujar temas romanos. Así, apoyada en la luminosidad que imprime el lápiz sanguina, me centré en destacar la armonía de las figuras clásicas y la elegancia de su porte como reflejo de una época que me enseñó el gusto por el Arte (“Genio de la Colonia”, “Emperador Augusto”...).

Más tarde, cuando pertenecí a la Tertulia de Artes Plásticas de la Asociación Cultural Gallos quiebran albores de Mérida, elaboré para la exposición colectiva titulada “Pintura y Poesía” obras, en las que se inspiraba el poeta Francisco Javier Carmona para componer sus poemas. Mis cuadros en esta época se caracterizan por la experimentación con acrílicos, el interés por las formas geométricas de la naturaleza y el continuo descubrir y experimentar con el color, las transparencias y la superposición de imágenes (“Líneas serenas”, “La luz partida”...).

Después, mi paso por la Escuela de Arte de Mérida resultó muy importante en mi formación artística. La asignatura de dibujo artístico me enseñó las técnicas más destacadas y la práctica del dibujo del natural. En esta etapa realicé un mosaico original de estilo romano (“Aerolíneas”), un collage (“Torso Femenino”) y varios mosaicos modernistas (“Mujer XXI”, “Meditación”...).

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Siempre he buscado serenidad, equilibrio y armonía en la naturaleza;  y esta ha sido la fuente de inspiración en gran parte de mis obras. En ese momento me sentí muy atraída por la geometría del mundo vegetal, en especial por la rosa, que pinté varias veces en un tamaño desmesurado para resaltar su magnífica estructura. En la obra titulada  “Rosas tricolor” y “Cala frontal” utilicé recursos del pop-art como  la repetición de la imagen para destacar la importancia de lo único y la imagen en negativo para llamar la atención.

 

Como se puede apreciar, mi obra es evolutiva. Hasta este momento se puede definir como realista y figurativa aunque, a medida que pasa el tiempo, me voy distanciando del modelo real para experimentar con otros estilos pictóricos como el fauvismo, el neoimpresionismo, la neofiguración y el arte abstracto.

Desde siempre me he sentido atraída por La pintura romana que se encontró en mi ciudad. Una vez adquirida la técnica del mortero utilizada en los mosaicos romanos, comencé a elaborar bases, reforzadas con una malla interior y sobre ellas aplicaba una capa de revestimiento (estuco) para después pintar sobre ella con pigmentos. Las imágenes elegidas eran procedentes de la Emérita Augusta (“La caza del león”, “Cuadriga”... ) y de Italia ( “La primavera”, ”Diana cazadora”... ) cuya riqueza pictórica conocemos en buena medida gracias a la descubierta en las ciudades de Pompeya y Herculano, que estaban sepultadas bajo las cenizas del Vesubio.

Terminada esta etapa de reproducción romana, volví a la creación artística y, atraída por el estilo pop-art y el tema de la moda, realicé dos obras tituladas “Modelo y moda” y “Marina y grandes firmas”.

Luego, mi estancia en la Escuela de Bellas Artes de Cáceres me enseñó todo en cuanto a técnicas de pintura al óleo, a través de las que descubrí su riqueza cromática y su facilidad de aplicación, hecho fundamental para continuar con mi obra pictórica. Esta etapa también fue decisiva en mi evolución artística, pues la pintura al aire libre en la ciudad antigua de Cáceres resultó una experiencia muy enriquecedora y los estudios que realicé sobre el bodegón, utilizando el carboncillo, la sanguina, el pastel y la pintura acrílica, fueron especialmente intensos.

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Actualmente, en este último estilo, encuentro la manera de interiorizar la naturaleza y alejarme de la figuración, como se puede apreciar en las obras de la serie titulada “Del color, el dinamismo”, que constituyen un claro ejemplo de abstracción geométrica. Se trata de una serie creada a partir de la observación de formas circulares y esféricas, que se encuentran en la naturaleza; de ahí que los colores y las líneas aparezcan de una manera libre, como las formas cromáticas de las composiciones naturales.

 

También se pueden apreciar llamativos contrastes, donde predominan los colores primarios y secundarios y la sensación visual de lo representado, que se aleja de la perfecta representación de los objetos. Estas obras forman parte de mi evolución como artista contemporánea y son un proyecto pictórico que podría englobarse dentro del arte abstracto orgánico, cuyas formas asimétricas le imprimen dinamismo y armonía.

 

                                                                                                                     Carmen Pérez González

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